martes, 30 de agosto de 2011

ALEJANDRO MAGALLANES



Nacido hace 40 años en el Distrito Federal, Alejandro Magallanes ha venido desarrollando una exitosa carrera como ilustrador. Gran parte del éxito que tiene la independiente editorial Almadía, originaria de Oaxaca, donde han publicado autores como Juan Villoro y Jean Marie Le Clezio, entre muchísimos otros, se debe al original diseño de sus portadas, afiches, señaladores, que se distinguen en las librerías. Su trabajo de cartel ha sido expuesto en Japón, la República Checa, Argentina, los Estados Unidos, China, Eslovenia, Rusia, Ucrania, Colombia, Venezuela, Polonia, Cuba y México. Mereció la medalla Josef Mroszczak en la XVI Bienal del Cartel en Varsovia, el tercer lugar en la bienal de carteles a favor de la ecología 4th Block en Ucrania y el premio Golden Bee en la categoría de libro en la Bienal del mismo nombre en Rusia. Forma parte de los colectivos Cartel de Medellín y Fuera de Registro y por si fuera poco ha escrito recientemente un libro desopilante y curioso, muy gozoso a la vez, un verdadero artefacto poético ilustrado titulado ¿Con qué rima tima?

- Como dice en uno de sus poemas, ¿Quién le dijo a usted que era poeta?

- En realidad me gusta mucho leer poesía y he descubierto que las imágenes tienen valor poético y que las palabras entre combinadas entre sí crean imágenes increíbles.

- ¿Y quererlo todo sin pagar las consecuencias en qué lo convierte: en un soñador o en un loco total?

- En un loco total, creo. También en un soñador y más que nada en un irresponsable; de todos modos, como nunca se cumple ese deseo, afortunadamente no soy ninguna de esas cosas.

- ¿Qué cosas deseó y no se le fueron dadas?


- Uy, muchísimas. Estaría muy bien abarcar todo lo que uno quiere hacer sin tener que rendir cuenta. Desvelarte todo lo que quisieras, por ejemplo, sin luego andar súper cansado por la vida; beber sin tener resaca, para lo que no estaría mal un hígado de platino; comer de todo sin engordar…

- ¿¿Con qué rima tima?, lo hace sentir parte de una tradición como la de los poetas concretos, liderados por Vicente Huidobro, la de los surrealistas, la de Oliverio Girondo…?

- Sería muy presuntuoso de mi parte decir que formo parte, pero sí son poetas y tradiciones que me gustan y han influido mucho en mi trabajo cotidiano como diseñador. La tipografía es hermosa y en un libro es la voz que vas a tener como creador. Pienso mucho en las vanguardias del Siglo XX, pienso mucho en los surrealistas, en Guillaume Apollinaire, en Dadá, en los futuristas…La poesía concreta, además, me parece divertida e inteligente. Me gusta mucho el catalán Joan Brossa. También el mexicano Juan José Tablada.

- ¿Fue difícil equilibrar contenido y forma?

- Sí, fue una labor ardua. El libro tiene como algunos déjà vu, por así decirlo…al principio hay un poema que se llama “Harén” y que está expresado a través de nalgas, tetas y vaginas dibujadas con paréntesis y realmente es el título el que le da sentido. Al final hay una “W” muy grande que hace referencia al Origen del Mundo, de Gustave Courbet y que resulta como una especie de eco de “Harén”. El libro lleva un ritmo, acentos, espacios vacíos, elementos que comparte con un poema…

- Usted dice que vivir es fácil, sólo hay que comer un mango de Manila…¿Qué hará ahora que no estamos en época de esa fruta?

- Es un periodo triste, la verdad. Habrá que buscar soluciones más allá.

- ¿La felicidad puede ser tan fácil?


- Ese texto es en realidad una ironía a partir de una nota que me hicieron y en la que daban por hecho que yo era feliz. Participé en un número especial de la revista titulado “Personas felices”, mientras estaba pasando por una profunda depresión. Lo que demuestra que no siempre somos lo que aparentamos.

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1 comentario:

Anónimo dijo...

está buenisima! Alejandro sigue sorprendiendonos c: me encanta su buen humor