jueves, 11 de noviembre de 2010

FITO PÁEZ EN MÉXICO


Vino, vio y venció. Fito Páez lo hizo: para festejar 30 años de carrera musical, ofreció un concierto a sala colmada en el llamado “Coloso de Reforma”, nada más ni nada menos que el Auditorio Nacional del mexicano Distrito Federal, con capacidad para 10 mil personas.
Para un cantautor que es la quintaesencia de la argentinidad (como le cabe a su condición de rosarino y no de porteño), resultó llamativa la ausencia del folclore albiceleste salido de aquella ecuación lógica para el exilio: com-patrioterismo + nostalgia + sentido de pertenencia en tierras extranjeras.
A lo sumo, pudo verse una camiseta de la nacional flameando tímidamente por las gradas superiores y una bandera chilena en las plateas, agitada histéricamente por dos fans acérrimas.
Una ola de frío que ya ha dejado nueve muertos en México y que se ha ensañado inoportunamente con la capital del país, fue el marco donde el autor de el “Amor después del amor” se estrenó en el escenario del Auditorio, cumpliendo así un viejo sueño postergado. “Hace una punta de años que vengo cantando aquí y nunca había hecho un Auditorio, ya era hora y así se lo hice saber a mis empresarios”, confesó Fito en la conferencia de prensa destinada a anunciar su actuación estelar ante un público local que lo venera y que conoce todas sus canciones.
“Incluso canta de pe a pa “Cadáveres exquisitos”, un tema muy complejo, que en Argentina no pegó tanto”, se ufanó el cantautor ante GENTE, al final de un concierto que duró casi tres horas, para el cual se vistió íntegramente de blanco y en el que sirvió de anfitrión a invitados “grossos” como el maestro del bolero Armando Manzanero, la Lady Gaga local y cincuentona Susana Zabaleta, la dulce y recientemente estrenada como mamá Julieta Venegas y los músicos Meme y Quique, integrantes de Café Tacuba.
Se fuerza la máquina de noche y de día, de eso no cabe duda, y fueron –según Páez- los resortes de ese gran artefacto llamado industria musical los que le pasaron la factura en la mitad del show y lo dejaron sin voz frente al mismísimo Manzanero. Cantaban el legendario “Esta tarde vi llover”, cuando –como dijo luego un espectador, haciendo gala del proverbial humor azteca- “Fito agarró todos los gallos que volaban en el aire” y se hizo presa de una disfonía que no le soltó las riendas durante un buen tramo de concierto.
“Es la primera vez que me pasa, jamás me había quedado afónico en un escenario. La guillotina caerá sobre el culpable”, se disculpó el artista.
Seguramente, Charly “puesto que sin él no seríamos nada”, según dijo el propio Páez en escena, acudió con sus ángeles misteriosos para asistir a su discípulo y, en la soberbia ejecución de “Desarma y sangra” (tema de García), Fito recuperó el timón y, a partir de ahí, todo fue de sí, de su piano y de su manera eléctrica de rockear, porque “si esto no es rock, ¿el rock dónde está?” (FP dixit).

Un muchacho llamado Rodolfo

Lo que los miles de mexicanos que corearon su nombre a voz en cuello no vieron fue el modo paternal con que en la prueba de sonido el manager personal de Fito, el ya mítico Alejandro Avalis, lo llamaba Rodolfo. “En realidad es Romina la que empezó a llamarme así”, explica Páez y luego se llena la boca hablando de esa relación entrañable “con mi hermano Alejandro”. “Somos una especie de Don Quijote y Sancho Panza y nos queremos y comprendemos tanto, que a veces el Sancho Panza soy yo y él es el caballero andante”, afirma.
Tampoco la gente vio a una niña rubia de ojos enormes, vestida de verde, muy parecida al señor que se movía sin cesar en el escenario. Margarita Páez soportó estoicamente las tres horas de concierto de su famoso progenitor y, más aún, como buena hija de tigre, paseó sus orondos seis años por el backstage, donde una cincuentena de figurones y figuritas locales se desvivía por saludar personalmente al cantautor argentino.
A su lado, la elegante (melena rubia a la altura de los hombros, un traje entre gris y negro, muy invernal y ad hoc) y cercanísima Romina Ricci, cumplía con discreta humildad y una simpatía a flor de labio la misión de esposa amorosa y de madre dedicada, pintando una escena familiar que hace vibrar al músico, de 47 años, y decir, con una sonrisa de oreja a oreja: “Estoy viviendo un momento muy dulce. Ya tocaba. Después de tantos palos, una buena”.

La entrevista

Se acerca con una copa de champán y un paquete de Marlboro Light a la entrevista con GENTE. En el tercer cambio de ropa de la noche, Páez regala un ambo azul con rayas delgadas blancas, que corta con una camisa morada. Pide “un fueguito” al asistente de turno y se larga a hablar como siempre lo hace: con voz fuerte y firme, sin medias tintas.

- En el escenario, como en la vida, qué dura es la vida del frontman, ¿no?
- Mirá, yo sabía que iba a pasar esto y como lo sabía, estaba tranquilo. Cuando tenés conciencia de que vos avisaste a la gente que trabaja con vos que iba a pasar una cosa así, lo que queda es sacarlo adelante, como hice.
- ¿No se cansa de sacar siempre adelante todo?
- La verdad es que me considero un hombre muy afortunado. Las circunstancias en Argentina son complejas para alguien que quiere hacer las cosas que quiero hacer yo, que son las que me gustan. Pagas un precio, que es el esfuerzo extra, pero no te podés andar quejando por el mundo de esa situación. El mundo ahora funciona así: el trabajo está afuera, tenés que laburar mucho, tenés que dormir muchas noches en los aeropuertos, a deshoras, cambia la alimentación, pasás mucho tiempo sin ver a tu familia, pero no me quejo. Lo hago con alegría. Ahora le voy a pegar un ajuste de tuercas a todos los muchachos que trabajan conmigo, porque al final yo tenía razón…
- ¿Tendría que no haber hablado durante una semana como hacen los cantantes de ópera?
- No, no, me cuidé muchísimo, porque sabía de qué tamaño era el esfuerzo que estaba haciendo. Lo que pasó es que tuve muchos conciertos al aire libre (N.de R.: Fito hizo, además, una minigira por el interior mexicano) y así es cómo funciona la máquina ahora. Tampoco me quejo de eso, así funcionan las cosas, pero hay que ajustar clavijas, sin dudas.
- Pluralizando sin quererlo, después de lo sucedido a Gustavo Cerati, gente como usted, como Andrés Calamaro, comenzaron a ser más frágiles ante la vista del público, como si de pronto, de un día para el otro, pudiera perderlos…
- No, no hay de qué preocuparse. Lo de Gustavo fue mala suerte o habrá algún aspecto genético…
- ¿Usted cómo se siente?
- Muy bien, soy un hombre pleno, estoy grabando, estoy haciendo música, criando hijos, estoy escribiendo una novela y haciendo las cosas bien para poder durar, porque después de los 40 todo empieza a andar distinto, para cualquiera. Soy consciente de que hay cosas, hábitos, que tengo que renovar y lo hago, porque quiero estar mucho tiempo al lado de la gente que amo. No acentuaría este tema en relación exclusivamente con los músicos…
- Bueno, pero salvo Charly, quien, según dijo, nos va a enterrar a todos…
- No, eso lo dije yo (risas)… bueno, no sé, Bukowski vivió hasta los 82 años…lo que creo es que no hay leyes, uno tiene una vida, una forma de vivirla y los años no están ligados a los excesos solamente. Lo que hace falta es saber el lugar privilegiado que uno ocupa y vivir esa circunstancia con alegría. Esa actitud fue lo que produjo el concierto extraordinario de esta noche, inolvidable para todos. Si hay algo que pensar en torno a este tema que planteas es cómo funciona la industria forzando la máquina y eso sí es algo que para los que hacemos esto conviene observar o por lo menos para empezar a tener una charla más seria y que ya no piensen que estás quejándote como si fueras una tía vieja.
- Quería hacer un Auditorio y también quería llenarlo, con mucho o casi todo público mexicano, además…
- Sí, fue muy hermoso, a lo mejor también por eso los nervios pudieron haber jugado una mala pasada y producido algo de mi disfonía, aunque yo no estaba nervioso, de verdad…Y el público argentino que vas encontrando en los distintos países empuja mucho…
- Pero usted ya quebró esa barrera de cantar sólo para los compatriotas de la nostalgia…
- Eso está pasando en todos lados y es algo muy emocionante, porque también ves el paso del tiempo allí y te das cuenta de que tu música tuvo la suerte de poder vivir otras realidades en otros contextos y que se han creado vínculos muy fuertes con otros públicos…es extraño decirlo y a la vez es muy emocionante sentirlo.
- Y cantan aquello de “dar es dar” con una tonada muy argentina…
- ¡Sí! o “Cadáver exquisito”, que en México fue un hit y en la Argentina no tuvo suceso y que, además, es muy complejo, toda la argentinidad está metida ahí adentro, están las subidas y las bajadas de Astor, en los textos está todo lo que pienso de mi país y acá pegó mucho.
- Al contrario de Andrés Calamaro, que cantó el viernes pasado en el mismo necesario y le dedicó el concierto a Néstor Kirchner, usted no tuvo necesidad o deseos de mencionar las circunstancias por las que está atravesando Argentina
- Creo que eso es muy íntimo, soy muy cauto, muy precavido, en esos asuntos. Si pienso en algo al respecto, me surge en desear que la gente que está alrededor de Cristina la contenga en este momento de gran dolor, para que ella pueda afrontar la dificilísima tarea de gobernar el país. No diría nada en un concierto de eso. Me parece que en un concierto está pasando algo muy específico, pero bueno, Andrés es Andrés y tampoco está mal…
- En un concierto pasan cosas y a usted lo que le pasa es mucho rock…
- Mirá, a veces me pongo a pensar en qué le pasa a un tipo que viene a mi concierto y escucha primero “Folies Bergere”, luego “Un vestido y un amor” y después “Ciudad de pobres corazones”. Creo que lo primero que se pregunta es “¿Y este tipo quién es?”. La verdad es que ni yo sé quién soy, pero quiero decir, en ese sentido hay una gran amplitud estética en la banda y podemos movernos con muchos repertorios diferentes y cuando jugamos con un género más preciso, como podría ser el rock en “Ciudad de pobres corazones”, que tiene que sonar potente y salvaje, así suena.
- Este forzar la máquina que casi lo deja sin voz, ¿fue para demostrarse algo a sí mismo, a esta edad madura, digamos?
- Me parece que el escenario es un ámbito de gran franqueza, que es un lugar donde tenés que poner toda la verdad. Si en ese momento hay algo en tu cuerpo que no te permite expresar la verdad, tenés que recurrir a todos los recursos que quedan. Si no hay verdad en un escenario, no está pasando nada.
- ¿Y con las otras cosas qué pasa? El cine, la novela que está escribiendo…
- Me gustaría tener más tiempo para hacer las cosas a lo mejor más ordenadas, pero hace muchos años que escribo las películas durante las giras, que compongo las canciones en el medio de las giras. Mi plan es cambiar un poco las cosas y atacar cada actividad en forma más específica, veremos…
- ¿Qué ha significado la paternidad en su vida?
Haber entrado en otra dimensión. Los hijos empiezan a mostrarte algo del mundo que vos no conocías y en muchos casos te confirman cosas que defendiste toda tu vida. En otros, te dan una mirada insólita. No todo en la vida es el piano, las horas de escribir o estar con los amigos. Con los hijos vuelve la ternura, ves las rencillas entre hermanos, vuelven las cosas de la infancia y eso te conmueve mucho.
- Y ahora ha vuelto con Romina…usted siempre rodeándose de mujeres talentosas…
- Están todas locas (risas). Lo que puedo decir con respecto a eso es que soy un hombre muy afortunado. Ando por el mundo haciendo mi música, cuido de mis hijos, me considero un hombre de suerte. Estoy viviendo un momento dulce y como he pasado momentos muy bravos en mi vida, estoy disfrutando mucho este que me toca.
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2 comentarios:

Anónimo dijo...

Susana Zabaleta, la Lady Gaga Local?? Jajaja No por favor... asì o màs vacìo tienes el cerebro... Antes de hacer comentarios a lo menso, deberìas mejor dedicarte ya no ver MTV todo el dìa... Y para que decirte el por què la Zabaleta ES UNA ARTISTA y la Bava no... pero tus neuronas no trabajan lo suficiente para que lo entiendas.

Anónimo dijo...

Hola diablo soy Chico Migraña.
escribí esto hace unos meses en mi blog
"Desde ahí no importaba que yo fuera un fan menos conocedor que muchos más, no importaba que me dieran ganas de gritar a todo pulmón algunas rolas que me encantan pero que a muchos ya les chocaron, como Run to the Hills y Fear of the Dark. Desde ahí podía cerrar los ojos y transportarme a mi infancia y temprana adolescencia con Children of the Damned. Desde ahí, en mi soledad, yo podía sentirme feliz de que salieran del set rolas del Seventh son. Se que a Harris le parece un momento cumbre en la historia de su banda y que a muchos fans les parece igual, pero a mí ese disco me aburre y ver que sacaran rolas de ahí (Can i play with madness? Carajo, es malísima jajaja) para meter otras que a mí me hablan de tú como Phantom of the opera y Sanctuary m,e pareció increíble. Y luego el espectáculo. Ahora sí sentíamos que estábamos en un concierto de Maiden: la momia gigante, el diablo, el Eddie cibernético, la pirotecnia (que si bien tampoco es nada del otro mundo, sí luce), las mantas nuevas como la que sacaron en Sanctuary... No había nada por lo que quejarse. Maiden cerró la santísima trinidad de leyendas del sábado por todo lo alto. El Gallo Ibérico me acompañó por unos minutos, pero en general y con todo cariño y respeto a todos mis amigos, este era un concierto que quería ver, sentir y absorber yo solo. Y haberlo hecho me dejó con sentimientos de agradecimiento y paz. Cada vez que hago comentarios negativos de Maiden, lo hago de dientes para afuera. Lo hago porque sus fans tienden a ser más radicales que guerrilla jajaja, lo hago porque es divertido llevar la contra y generar polémica. Lo hago porque llega un momento que quieres que el mundo sea más grande que sólo Iron Maiden, pero he sido fan desde hace 25 años. Por eso este sábado tenía bien presente en dónde estaba clavada la espinita del concierto del año pasado, y finalmente esa noche me la pude sacar y sanar la herida. Nunca será para mí la mejor banda del universo, me gustan más otras por diversas razones, pero por lo menos ese sábado, Maiden fue la banda reina del universo con Carcass y Morbid Angel convertido en príncipes malditos dignos de su trayectoria y leyenda.
Me dio mucho gusto convivir en diversos momentos con las Mystica Girls, Gore, Gonzo, Ramón y los tiernitos (gracias por las playeras, hoy vengo de estreno), el Ibérico por supuesto, súper Zombie de luz y Fermín, reencontrarme con Rodrigo y César Lara, Rox, la Señora Interesante, Mai Sharona, Vivs y el Bucanerito, entre otros. La baja sensible fue Ziggy, pero estuvo ahí en alma y corazón. Fue un placer extra el fin de semana que pasamos juntos Yaya, Tavo y Anita. Hoy, los whiskeys en la cabina de Rockconexion serán a la salud de todos ustedes.
Lo único malo de todo esto es que por cuestiones legales, no puedo subir imágenes de Maiden. Se las debo. Y no son ellos, pero la neta, la oficina que los maneja es una pesadilla. Qué lástima pero bueno, así las cosas y así la reseña. ¿Lo que tocaron?:
Aces High
Wrathchild
2 Minutes to midnight
Children of the damned
Phantom of the opera
The Trooper
Wasted Years
Rime of the ancient mariner
Powerslave
Run to the hills
Fear of the dark
Hallowed be thy name
Iron Maiden
The number of the beast
The evil that men do
Sanctuary

Migraña con los tennis puestos"
Migraña en SOY UN POSER PUTO MODE