Verano del 2001
Salivo
mascullo
rumio
y pienso en si las cosas son mejores que antes
yo no sé muy bien
esa es la verdad
cómo deben ser las cosas
sólo sé que ahora no hay una casa inglesa
ni la hierba mojada en la estación del tren
yo pienso
yo mastico
yo recuerdo
en nombre de qué rostros
esta larva distrae mi osamenta
estoy ahora en la ola batiente
en esos santos días de la desesperación
no hago equilibrio en un puente amarillo
algunos precipicios duelen menos que ayer
pero también es cierta la memoria intrigante
la rota parsimonia de un pez que llora en un río seco
o la fiebre sangrante
o la sangre impotente
si me preguntan cómo están las cosas
diré que nunca me sentí tan ajena
como cuando blasfemo
que alguien
no sé quién
debería estar entre las cosas
tal vez tú deberías estar entre las cosas
parado en el portal de la casona inglesa
con los pies embebidos en la hierba mojada
con la vista perdida en el clamor de un tren
que las cosas están mejores que antes
es una afirmación que no comprendo
el pasado es un adolescente
y estos instantes sufren de vejez prematura
tal vez me ponga los zapatos azules
y salga a recorrer los puentes amarillos
surgirá un terremoto
caeré con todo el peso sobre la hierba
sobre tu portal
sobre el techo del tren
y no tendré remedio
yo nunca sabré de qué cosas
están hechas las cosas
miércoles, 20 de diciembre de 2006
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