sábado, 8 de mayo de 2010

ENTREVISTA A CHRISTIAN CHAVEZ


“El que se viste de amarillo en su belleza confía”, dice el refrán. Christian Chávez (México, 7 de agosto de 1983) no sabe por qué viste de amarillo “pero últimamente se me ha dado por ese color”.

También se le ha dado por el pelo castaño en oposición a la cabeza oxigenada que ostentaba en los tiempos de Rebelde (la agrupación pop que vendió más de 12 millones de discos y se hizo famosa internacionalmente). “Me dije: ¿de qué color que nunca usé puedo tener ahora el pelo? Y me di cuenta de que nunca había usado mi propio color, castaño”.

Así es como quiere mostrarse ante los miles de fans que lo siguen desde que ingresara en el mundo del espectáculo a los ocho años, grabando avisos comerciales para los triciclos Apache.

La apuesta por la verdad, la suya propia, se ha intensificado desde que en marzo de 2007 el cantante y compositor anunciara públicamente su homosexualidad y su casamiento con el canadiense BJ Murphy, de quien está divorciado.

Desde entonces, la lucha de Christian Chávez por defender y difundir los derechos de la comunidad gay se ha ido radicalizando hasta convertirlo en un verdadero líder para los suyos.

Con la presentación de su primer disco en solitario Almas transparentes (EMI), el artista se ha tenido que enfrentar a censuras radiales, televisivas y de revistas para teenagers que no quieren promocionarlo por eso de “no dar un buen ejemplo para la juventud”.

No quiere dar detalles, de todos modos, de esa censura “porque me muero antes de aparecer como víctima en los medios de comunicación”, dice en entrevista a KIOSKO. Ciento por ciento mexicano y feliz porque en su ciudad natal “los gays puedan contraer matrimonio”, Christian libra una guerra en las que ya tiene ganadas varias batallas. A juzgar por sus fuertes convicciones y su energía para defenderlas, no cuesta imaginarlo como un sólido gladiador moderno en cuya arena belicosa se torna victorioso e invencible.

¿Tuviste miedo al sacar el disco?

Un poco sí, la verdad. Sobre todo por venir de un grupo tan exitoso, pero en la vida hay que hacer lo que uno ama. Para mí era muy importante realizar este sueño y fui por él.

“Sexy boy” es la historia de un chico que consigue todo con su cuerpo.

¡Sí! Es una pequeña crítica social acerca de cómo la gente cuando es muy bella y trae las mejores ropas, los demás se le ponen de tapete, nunca pagan nada, ni el cover ni el drink, todo se lo dan gratis.

Bueno, pero a ti te pagan todo...

No, hombre. Cuando escribí esa canción era un adolescente con acné, todo mal. Nadie me invitaba un drink y menos me dejaban pasar en las cadenas.

Ahora pasas por ahí y no entras...

Claro, me puedo dar ese gusto. ¿Cómo no me abrías la puerta, maldito?

¿Estás al tanto de cómo le va a tus compañeros de Rebelde?

Mira, Maite (Perroni) es una reina. Le está yendo impresionantemente y se lo merece porque es de esas personas que tiene, precisamente, un “alma transparente”. No escuché el disco de Anahí y, en general, es muy rápido para saber cómo le ha ido. Dulce está preparando su disco y será maravilloso porque es buena compositora. Christopher está por estrenar la serie Kdabra. ¿Qué te puedo decir del bombón de Poncho (Herrera)? Al final, todos estamos haciendo lo que queremos y eso es lo importante.

Te vi entre los más bellos de una revista caracterizado como Cantinflas...

Sí y me encantó. Me comentaban que fue una caracterización que nadie quería hacer porque no lo consideraban bello, pero para mí es una persona con una luz muy especial y me identifico mucho con su humor, con su chispa. Me encantaría dedicarme a la comedia.

¿Cómo vives?

Vivo en San Ángel, en una casa chica y siempre voy a comer a la de mis padres. Ahora empecé la promoción de mi disco y vengo de Colombia, donde canté ante 70 mil personas. Agarré y salí con dos bailarinas y me imaginé que una era Maite y que la otra era Anahí y así no me sentí tan solo. Me fue bien, por suerte.

¿Fue buen negocio salir del clóset?

Si valió la pena o no, lo veré con el tiempo, lo digo en términos de mi carrera. Pero ya para mí vale cuando un chavo o una chava se acerca y me cuenta su historia o cuando un padre o una madre vienen a pedirme un autógrafo. Esas son las cosas que pesan. Estoy metido en una lucha y tuve una fortuna de poder ser libre, de poder mostrarme como soy. Ahora tengo un micrófono para poder luchar por lo que soy y por la libertad. Para mí, que en México sea aceptado el matrimonio entre gente del mismo sexo es maravilloso, estoy orgulloso. Ese es un paso tan importante como el que dio la Organización Mundial de la Salud en los 90 cuando determinó que la homosexualidad no era una enfermedad.

Ni era por comer pollos como dijo el presidente de Bolivia, Evo Morales...

Exacto, imagínate, ese tipo de comentarios se hace todo el tiempo y saca las cosas de contexto. Falta mucha información, faltan muchas campañas de sensibilización; es tan fácil señalar a los demás como el diferente y segregarlo.

¿Y vives todo esto como una lucha?

Por supuesto, porque el proceso de aceptación de lo que uno es ya es bastante difícil como para que encima la realidad nos lo ponga peor. Soy afortunado, claro, por eso emprendo esta lucha. Ahora presento mi disco, con una gran disquera atrás, en muchos países. De pronto cuando fui a Colombia pensé que me iban a bajar del escenario a tomatazos, pero no, la gente cantó, se quedó durante todo el show y todo se hace más fácil.

¿Y no tuviste dificultades a la hora de presentar tu trabajo en solitario?

Por supuesto. Una importante cadena de radio me mandó a decir que no iba a pasar mis canciones porque no apoyaba la homosexualidad. Que no voy a hablar igual de eso, ¿me entiendes?, porque no le voy a dar seguimiento a ese tipo de actitudes, estoy en una lucha y enfrentaré cada cosa que se me oponga.

Sé que hubo revistas para “teens” que tampoco quisieron hacerte notas...

Te soy sincero: hay muchos no que han dicho ciertos medios ante mi disco que mis propios representantes no me llegan a contar para no herirme. Pero me doy cuenta, no soy tonto. No le voy a dar peso a la homofobia ni a las cosas que se cierran. Le voy a dar peso a las cosas positivas, porque no quiero que la gente lea una nota en donde aparezco como víctima. Yo no soy el cantante de los gays, soy otro gay más y por eso lucho y esas cosas denuncio.

¿Te gustó que Ricky Martin saliera también del clóset?

Me pareció maravilloso, porque la felicidad que sientes, la paz que experimentas cuando eres libre, no las comparas con los miles y miles de millones de dólares que puedes ganar en el mundo.

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