Andrés Calamaro (Buenos Aires, 22 de agosto de 1961) es reflejo de la buena salud de la que goza la música popular argentina. No sólo es el cantautor de rock masivo acostumbrado al cartel de sold out en los conciertos que ofrece en su tierra, sino que se ha convertido —queriéndolo o no— en la voz artística de la juventud.
Fuera de su país, Calamaro juega de local en España, es un referente obligado en Latinoamérica y en México, luego de haber sido un artista de culto, ha logrado encaramarse en el gusto popular después de una elogiada participación en el Vive Latino 2009 y de un recordado concierto en el Auditorio Nacional en octubre de 2008.
Con su disco La lengua popular, Andrés consiguió las mayores glorias en forma de Grammy, Premios Gardel de Argentina y Ondas, de España. Ahora, vuelve con “Los divinos”, el primer single extraído de su próximo disco Calamaro on the Rocky en el que participan El Cigala, Enrique Bunbury, Calle 13, Niño Josele y Vicentico, entre otros.
Calamaro, que brindará sendos conciertos el 17 y el 18 de junio en el Teatro Metropólitan del Distrito Federal, dio una entrevista exclusiva a KIOSKO, para hablar, entre otras cosas, de la mención que hizo a su persona el Tigre Acosta, un tristemente célebre ex represor. “Andrés Calamaro es uno de los enemigos a vencer”, dijo el ex torturador en su delirio, luego de que el músico pidiera pena de muerte a los militares que participaron en la cruenta dictadura de los 70.
¿Tiene alguna idea de lo divino?
Un hombre de poca fe, como yo, necesita auténticas epifanías para demostrarse la existencia de lo humano y lo divino
¿Lo divino se parece a lo sagrado?
Es una cuestión dialéctica que tendría que dictarme un diccionario; supongo que lo sagrado es un status humano y lo divino es un estadio divino, valga la redundancia.
¿Hacer canciones es divino o sagrado?
Según quien las escriba.
¿Quiénes son los divinos de su disco?
Jerry González, Diego El Cigala, Niño Josele, El Langui y Residente, que está sospechado de virtudes poéticas fuera de este mundo; el resto de mis compañeros no escatima condiciones extraordinarias íntimamente relacionadas con la música, expresión sospechada de divinidad frecuente.
¿Cómo ha sido el año de tanto éxito y proyección internacional?
Estamos honrados viajando y tocando, pero no nos sentimos deslumbrados porque somos jóvenes con bastante antigüedad; personalmente siento gratitud y responsabilidad frente a las giras anteriores y las próximas ; no somos estrellas del deporte, ni astros del rock inglés ni actores consagrados por la Academia. ¡Ni hablar!
¿Su oficio tiene mucho de organización, disciplina, eso que llaman profesión?
Nos gusta ensayar, prepararnos, mejorarnos... estamos sujetos a una organización profesional, aunque a veces a los músicos nos tratan como a niños que no supieran atarse los cordones de los zapatos; ocurre que necesitamos de cierta disciplina para mejorar como conjunto musical y como individuos instrumentales, respondemos a los valores de la amistad y la familia.
¿Y qué hace con su tiempo libre?
También somos libres cuando estamos viajando y cantando, pero cuando tengo eso que llaman “tiempo libre” me libero de responsabilidades cantoras, vivo menos pendiente de las cuerdas vocales, despliego mis medianas habilidades culinarias y también pienso en música; se supone que el tiempo libre es el tiempo para encontrar la música proxima y ocuparse de las deliciosas actividades corrientes.
¿Sigue siendo para usted una obsesión cantar bien por sobre todas las cosas?
No es una obsesión, pero es casi una preocupación constante. No sé si es lo más importante, pero debería importarme, cuando no me urge la creación, me importa ser un intérprete mejorando.
¿Sabía a lo que se atenía pidiendo pena de muerte a los represores de los 70?
De momento, no soy un héroe ni mártir.
¿Qué sintió cuando “El Tigre” Acosta dijo que usted era un enemigo a vencer?
Si le soy cabalmente sincero, sentí una extraña euforia. No me esperaba semejante cosa, pero no puedo evitar la responsabilidad civil y sentirme privilegiado por haber cosechado semejante calaña de enemigos.
¿Qué dijo su hermana (La cantante Hebe Rosell, exiliada política en México)?
Supongo que mi hermana saluda mis valores anarco-poéticos, me sabe un intelectual silvestre, pero preocupado por nuestro país y nuestro mundo; todo empezó como una broma seria, opinar desde un escenario siempre es incómodo para alguien, no sospechaba el alcance, la simbología histórica de lo que fue un saludo a los juicios reabiertos y a la reconstrucción histórica.
¿Tiene miedo?
¡No me corresponde!
¿Con su nuevo disco, no teme que todos esperen otro “La lengua popular”?
Curiosamente, en mi país un extraño fenómeno empuja a la gente que no me escucha a pronunciarse en contra de mis habilidades; supongo que forma parte de la decrepitud de la sensibilidad, en el magma reaccionario no hay tiempo para escuchar un disco, pero sí para manifestarse en contra de sus contenidos. La lengua popular me devolvió al mapamundi musical y Calamaro on the rock tendrá la función de prolongar el status de disco grande que despide a La lengua...
¿Qué podremos escuchar en el concierto que dará prontamente en México?
Vamos a cantar canciones que nunca habíamos cantado y algunas del próximo disco, siempre intentamos dar el mejor concierto posible. Nuestras cualidades son las guitarras y las canciones, estamos sujetos a la magia del momento, pero también ofrecemos nuestro oficio sensible.
¿Cómo se siente, físicamente hablando, con tantas giras, conciertos, grabaciones, le está rindiendo el cuerpo?
Todavía no empezamos a actuar, hasta ahora visitamos estudios de grabaciones y ensayos, pero tengo una hija de tres años que heredó el sueño imposible de su padre.
¿Qué ha venido leyendo usted, escuchando últimamente, que le haya conmovido?
Me sentí conmovido cuando leí que Mark Linkous, el líder de Sparklehorse, se había quitado la vida con un disparo en el corazón. Sus últimas grabaciones con Danger Mouse, Iggy Pop y David Lynch son notables. Por otra parte, soy un lector de libros corriente, leo a Phillip Roth, a Kawabatta, a Fresán, a Fogwill. ¡Hay tantos libros! También leo con atencion los periódicos, todo el tiempo estoy escuchando música, todo lo que mi oficio me permite y estoy sujeto a las distintas conmociones que propone el sonido.
Se corre un rumor de que podría protagonizar una película, ¿es verdad?
Lamentablemente no escuché ese rumor, ojalá no tenga que actuar de músico, preferiría un papel de gánster de pocas palabras; dudo de mi talento interpretativo, pero me gustaría que un director confíe en mis cualidades latentes y me convide con un rol.
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