jueves, 24 de septiembre de 2009

GUSTAVO CERATI: MENTIRAS VERDADERAS


Mentir “es fundamental”, dice Gustavo Cerati metido en una chamarra de piel color café, fumando un cigarrillo rubio y escondido detrás de unas gafas de sol, aunque en la terraza del hotel W paseen las nubes, suenen los cláxones y rujan los aviones.

Tiene la voz de un joven, la melena raleada ya no alcanza para esos “raros peinados nuevos” (Charly García dixit) con que inauguró una estética rockeramente glamorosa en los 80 y sus manos tiemblan. Hay arrugas y, aunque él no parece el rockstar rubio, soberbio y distante del que habló mucho la prensa a lo largo de 30 años de carrera, este Cerati 2009 es fríamente amable, espasmódicamente sereno, certero y firme en las respuestas.

Aquí está el hombre de flamantes 50 años (Buenos Aires, 11 de agosto de 1959) con un disco “artesanal” bajo el brazo, encadenado este Fuerza natural a un momento artístico crecido en la más honda soledad (“soy cada vez más solitario”).

Las 13 canciones del nuevo disco del fundador y líder de Soda Stéreo constituyen un sistema donde reina la emoción, elemento sólido que, según admite el propio cantante y guitarrista, “será difícil recrear o volver a crear en vivo”.

Sin embargo, el 15 de noviembre estos nuevos temas verán la luz en vivo. México será el primer lugar de la gira de un mes y Martin Phillips, el célebre diseñador de los Nine Inch Nails, quien pergeñe un escenario ad hoc para que Cerati, que no mira al pasado, que odia que las canciones se transmitan por teléfono y que ha hecho una buena cantidad de Fuerza natural en formato vinilo “porque no hay nada mejor que esto a nivel de sonido”, siga jugando al arte de la verdad que, para alguien de su talla, consiste en enmascarar y enmascararse.

La canción es la misma

—Dice usted que “esta canción ya se escribió”, que es como decir, igual que Zeppelin, que “la canción es la misma”.

—Lo que digo en “Deja vu” es que ciertos patrones rítmicos y armónicos vienen más allá de uno. Hay algo que está como escrito en el aire y tiene algo de misterioso, pero también es muy cotidiano. Este es un disco rockero en algunos aspectos, pero menos distorsionado que el disco anterior. El rock de Fuerza natural está más relacionado con la sicodelia y con el blues, con el folk.

—De hecho hay por ahí un tema muy Simon & Art Garfunkel...

(risas) —Sí, efectivamente. La mirada es un poco hacia esa época de fines de los 60 sin llegar a ser tan retro.

—¿Le molesta la palabra retro?

—No, pero no soy una persona necesariamente retro, sólo que hay épocas de la música que me gustan más que otras.

—Habló mucho de su ideario estético, contraponiéndolo a aquel que está más metido en la realidad...

—Mi discurso es un poco combativo sobre todo porque hay gente que cree que si uno se pone metafórico o relativamente poético está olvidándose de lo que ocurre alrededor. Trato de que el disco sea un instrumento de escape hacia la fantasía

—Luis Alberto Spinetta es uno de los músicos más incomprendidos de Argentina y a la vez uno de los más amados...

—Exacto. Y él fue un modelo para mí, una influencia mucho más fuerte que otros que son más descriptivos o cuentan. Yo no soy bueno para eso. Lo mío son imágenes, pinceladas de emoción.

La salud y la enfermedad

Gustavo Cerati tuvo en 2006 una grave enfermedad llamada tromboflebitis a raíz de la cual estuvo sin caminar durante mucho tiempo. Dice estar plenamente recuperado “aunque advertido”.

—¿Sintió miedo?

—Un cagazo terrible. Parece ser que es por andar tanto tiempo arriba de los aviones. Fue un problema circulatorio bastante cabrón y estuve 10 días inmóvil.

—¿El artista tiene que ser honesto?

—La persona tiene que ser honesta, el artista puede ser cualquier cosa. Mentir es fundamental. Invento muchas cosas.

—Su padre fue muy importante en su carrera. ¿Es un ejemplo a seguir?

—Sí, él tenía muchas cosas que yo no voy a poder tener. Era una persona de mucha vitalidad, con pensamientos elásticos pero siempre en defensa de su dignidad. Murió de cáncer y siempre está presente.

—¿Para Benito, su hijo mayor, que participa en el disco, es difícil ser Cerati?

—Y sí, es algo fuerte. Hay miles de ejemplos en la historia de la música. La comparación es inmediata, pobre muchacho. No sé a qué se va a dedicar finalmente Benito, que recién tiene 15 años, trataré de aliviarle el camino, pero no es nada fácil.

—Su vida privada siempre estuvo muy protegida ante los medios...

—Y es medio hinchapelotas que te quieran preguntar siempre de tus cosas. Yo no tengo para nada la vida resuelta y no me vas a ver mucho en programas de televisión.

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